jueves, 9 de abril de 2009

Los parásitos del caballo

Los caballos pueden verse afectados por numerosos agentes parasitarios. Los problemas que provocan, son por tanto, muy variables, con importantes diferencias en cuanto a los animales a los que afectan, su edad, época de presentación, así como la climatología y vegetación de la zona. Hay dos grandes grupos, los externos o ectoparásitos, y los internos o endoparásitos.
Los ectoparásitos son aquellos que viven en la superficie del cuerpo, en la piel o en el pelo. Son los “ácaros de la sarna”, filáridos y los piojos.
Los síntomas de una infestación por los ácaros de la sarna son, un intenso picor o prurito, nódulos o abultamientos en las zonas afectadas, escamas y costras, engrosamiento de los pliegues de la piel, o zonas alopécicas, sin pelo.
Este tipo de infecciones se transmiten por contacto directo con otro animal ya infestado, por lo que hemos de ser especialmente cuidadosos con los útiles de limpieza, y arneses, ya que es otra forma de transmisión.
Dependiendo del género del parásito (Sarcoptes, Psoroptes, Demodex,…) las lesiones se localizan en distintas zonas, como la cara, cuello, abdomen, parte interior de las extremidades, raíz de la cola,…


(Lesión en el cuello de un caballo con sarna)


Los piojos habitan el pelo. Ponen huevos (liendres) en los pelos de la cabeza, parte interna de las orejas, hombro y espalda, e ijadas. Es
importante el control visual de ellos, ya que al producir pequeñas heridas o pápulas, éstas pueden contaminarse secundariamente con bacterias y complicar el proceso.
Los Filáridos ( Onchocerca ssp) afectan especialmente en los meses de verano, son transmitidos por mosquitos, provocando una dermatitis, que se acaba complicando, ulcerándose, y quedando una lesión sin pelo finalmente.


Dentro de los parásitos internos endoparásitos, destacan tres grandes grupos, Cestodos o Tenias ( vermes planos), Nematodos ( gusanos redondos), y Trematodos.
Síntomas comunes a todos ellos son debilidad, pelo sin brillo, abdomen abultado o distendido, pobre condición corporal, pérdida de peso. Además de éstos, existen otros síntomas de gran importancia que serán nombrados más adelante al detallar cada tipo.
Como Trematodos existen la Fasciola hepática y Dicrocelium. Producen hepatitis y cirrosis. Suelen afectar a rumiantes, y no son frecuentes en nuestras latitudes, ya que habitan pastos húmedos, como los de Irlanda o Inglaterra.
Los Cestodos o gusanos planos, también se conocen como tenias. Existen tres géneros dentro de la familia Anoplocephala, perfoliata, magna y mamillana. Pueden llegar a medir hasta 80 cm de longitud en el caso de la especie magna. Poseen unas ventosas con las que se fijan al intestino del caballo. Los ácaros de la hierba actúan como intermediarios, ellos ingieren los huevos que eliminan los individuos adultos, a través de las heces del caballo, y en su interior desarrollan el parásito, lo que se llama la forma infectante. Así el caballo se infecta al ingerir con la hierba ácaros parasitados con esas formas infectantes.
En nuestra zona no es frecuente encontrarlos, no resisten las bajas temperaturas. Y los ácaros que actúan de transmisores son propios de climas húmedos, evitan la luz y la desecación, poblando pastos y bosques de estas características (como en el Norte de España)



(Anoplocephala perfoliata en el intestino grueso de un caballo)


El grupo de los Nematodos o gusanos redondos, es el más numeroso. Ascáridos como Parascaris equorum, grandes estróngilos (Strongylus ssp), pequeños estróngilos ( Cyathostomae ), Estrongiloides, Oxiuros, Habronema, Vermes pulmonares ( Dictyocaulus ), Trichostrongilos, y gastrófilos
( Gasterophilus) entre otros, tienen consecuencias nefastas en los équidos, a veces, incluso la muerte.
Parascaris equorum afecta principalmente a potros de 3 a 9 meses, provocando cólicos, diarreas crónicas así como los síntomas propios de las parasitosis, antes mencionados. Las larvas hacen una migración por los pulmones, pudiéndose encontrar tos,fiebre y neumonía.



(Parascaris equorum en el intestino de un potro)


Dictyocaulus arnfieldi o gusano del pulmón, produce tos seca y duradera con expectoración mucosa. Los asnos son los más afectados, aunque en ellos raramente se encuentran los síntomas mencionados. Los équidos que conviven con asnos pueden infectarse, al pastar en los mismos lugares.
Los Estrongiloides ( Strongyloides westeri) se consideran poco patógenos, pero crean puertas de entrada a bacterias.
Los Grandes Estróngilos (Strongylus edentatus, vulgaris,equinus) provocan anemias y diarreas graves, hemorragias en la mucosa intestinal, trombosis y embolias. Pueden provocar cojeras intermitentes y cólicos tromboembólicos por obturación de las arterias.
Los Pequeños Estróngilos (Cyathotominae) toman color rojizo debido a que ingieren sangre, y los síntomas son los típicos de las infestaciones por parásitos.
Los Trychostrongylus son vermes del estómago. Invaden las paredes de éste provocando cólicos, gastritis, disminución del apetito. Son comunes al ganado bovino y ovino, por los que es una proceso a tener en cuenta en pastizales aprovechables por distintas especies.
La Habronemosis es una infeccion parasitaria frecuente en zonas templadas, producida por las larvas de habronema, que las moscas depositan en heridas cutáneas, éstas se ulceran y cicatrizan muy mal, infectándose con facilidad. Las larvas migran hasta alcanzar el estómago.
Oxiurosis. Oxyuris equi, parasitan el intestino del caballo. Suelen producir prurito anal o picor, el animal está irritable y muy inquieto. Es frecuente que se froten la base de la cola y periné con paredes y postes, lesionándose la zona.



(Lesiones cutáneas en periné y maslo de la cola de un caballo con Oxyuris equi)


Gastrophilus ssp. Son larvas de mosca que viven en el estómago del caballo, se observan dolor a la masticación, retraso del crecimiento, anemia, picor anal, anorexia, cólicos e incluso muerte del animal por rotura del estómago. Se da en potros desde los 8 meses hasta los 3 años aproximadamente, en ellos las moscas adultas ponen huevos en la piel, en extremidades anteriores, flancos, hombro, alrededor de los labios, y éstos pasan al estómago al lamerse. No hay que olvidar que las moscas son artrópodos, así que los antiparasitarios habituales para el resto de parásitos intestinales o gástricos no son eficaces frente a ellos.
Han de establecerse medidas de control frente a los parásitos, eligiendo el fármaco preciso en cada situación, estación, clima, región. Existen en el mercado gran variedad de productos, y debemos fijarnos en su espectro de acción, seguridad y vía de administración. Para evitar la aparición de resistencias pueden rotarse los productos, y es beneficioso realizar análisis coprológicos o de las heces, para confirmar la eficacia del producto.




Para un control integral de todos los parásitos se recomienda, como pauta general, 4 desparasitaciones al año (cada 3 meses).
Un correcto control de los parásitos proporciona evidentes ventajas en los animales, permitiendo que se desarrollen y crezcan de forma correcta, alcanzando su máximo potencial, en potros, y en adultos reduciendo la incidencia de cólicos y optimizando el aprovechamiento de la alimentación.


Elena Andrés López